El Arte de la Guerra, el eje vertebrador de nuestra Ryuha.
Tiempo atrás solo existía el infinito, el vacío y el silencio, la existencia de la materia, así fue como la vida irrumpió violentamente rompiendo la eterna quietud del infinito.
Los sabios ancestrales, hablan de una criatura mágica, un dragón, surgido del caos de la creación que ordenó el mundo que hoy tenemos alrededor, desde la neblina del cosmos, el dragón surge y observa satisfecho su obra.
Tan pronto el universo fue ordenado, dos fuerzas surgieron para oponerse y complementarse, día y noche, sol y luna, hombre y mujer, in y yo o yin y yang, de esta esencia, según la creencia shintoísta, dos deidades Isanami e Isanagi, mujer y hombre, crearon las islas de Japón incidiendo con su lanza de gemas sobre la inmensidad del océano.
Lejos del mito, en los albores de la humanidad, el hombre, por su naturaleza divina, se erigió con la verdad y el conflicto surgió, dos figuras enfrentándose eternamente. Es en Japón donde la guerra más allá de un acto vulgar de sangre y muerte , es elevada a arte. Pero no solo vive de las victorias sobre el enemigo sino también de apreciar la quietud y sabiduría del momento.
Es la lanza el emblema clásico de la guerra, desde los dorus espartanos a los espetum romanos, hasta los yaris japoneses, ya sea tácticamente empleadas como armas arrojadizas o con armas empuñadas. Para las culturas ancestrales del Japón, el yari representa el arma suprema de la batalla, portada por la divinidad guerrera, dirigiendo con su punta a los ejércitos que marchan a una victoria segura.
Como muestra de los intensos trabajos realizados por los maestros, instructores y alumnos, presentamos un breve momento de sus exhibiciones, esperando que disfruten como nosotros de nuestra pasión por el Jujutsu.
Jorge Edmundo Caballero soke – Comisario General (R) – Nihon Jujutsu Shihan – 10º Dan
